Un buen resumen de la serie, sin spoilers, aquí. Otro más cutre, el que sigue:
En Harper's Island un fulano (John Wakefield) se volvió loco y mató a un montón de gente, entre ellos a la madre de Abby, la hija del sheriff, que tras ese día se fue de la isla a Los Angeles y no volvió.
Siete años más tarde, Henry, amigo de la infancia de Abby, se casa con Trish (su prometida, claro) en la isla y la invitan a la boda. Allí ella se reencuentra con Jimmy, el que había sido su novio cuando huyó del sitio donde habían matado a su madre y al que dejó sin siquiera decir adiós.
Alquilan un hotel para alojar a todos los invitados a la boda y todo es fantástico y maravilloso hasta que se empieza a transformar en el Diez Negritos de Agatha Christie. Uno a uno, los invitados y algunos nativos de la isla empiezan a morir.
Los spoilers, claro, ahora:
John Wakefield, al que todos dan por muerto, está vivo. Henry, el novio de la boda, en realidad es su hijo y es su cómplice. Entre los dos se cargan a toooooodos los que alguna vez han salido en algún plano en la serie. Escapan con vida Shea, la hermana de Trish (la novia, a la que mata Henry) y su hija, la niña chunga. Finalmente Abby mata a Henry y logra escapar, con Jimmy.
¿Que por qué la matanza? Al menos en Diez Negritos el motivo pudiera ser. Aquí se han buscado una excusa de lo más tonto. Resulta que, en aquellos veranos que compartían de pequeños Abby y Henry, en una ocasión ella le dijo que le gustaría que estuviesen solos y juntos para siempre. Por supuesto, cualquier cosa que te diga tu amiga de siete años, veinte años más tarde, sigue estando vigente, así que vamos a matar a tocristo para poder ser felices.
