De Niro y Al Pacino (sobreactuado hasta límites insospechables) son dos inspectores de policía a punto de jubilarse, coleguitas del alma, daría mi vida por ti, tío. La historia empieza con De Niro mirando a una cámara y diciendo yo maté a Fulano, a Mengano y también a Zutano, todos ellos delincuentes de diversa índole (asesinos, traficantes, pederastas) que estaban en libertad.
Años atrás, De Niro había tendido una trampa con la connivencia de Al Pacino a un colgao que había matado a una niña y había quedado en libertad implicándole en un crimen que no había cometido, de modo que éste fue a prisión. Tras una paliza que De Niro le mete a un narco, obligan a la parejita de polis a ir al psicólogo, que les da a cada uno una libreta donde les dice que apunten sus pensamientos.
Otra pareja de policías (uno de los cuales es Donnie Whalberg, de los Whalberg de toda la vida) sospecha que el asesino es De Niro, y en la trampa que le ponen para cazarlo es cuando se descubre todo el tinglado. Resulta que la última víctima del inspector-asesinoenserieensusratoslibres no muere y es un potencial testigo que puede destapar todo el pastel, así que Al Pacino piensa de perdidos al río, viola a la novia treintañera de De Niro y le enseña a éste la libreta que le había dado el psicólogo donde confiesa sus crímenes. Le dice a De Niro que lea lo que pone mirando a la cámara (que es lo que al principio nos hace pensar que él es el malo), bla bla bla, y al final De Niro acaba metiéndole un tiro a Al Pacino porque no le quedaban más cojones (al fin y al cabo es un poli íntegro y el otro tenía pensado dejarle herido por una bala y escapar). Herposa escena de Al Pacino moribundo en el suelo diciéndole eres mi ejemplo, eres un buen policía, te quiero, colega y el otro con cara de sabes que te he disparado porque me has obligado pero yo también te quiero y eres mi mejor amigo. Deja que se muera porque sabe que el otro no querría ni podría soportar ir a la cárcel y tal y Pascual.
