jueves, 25 de febrero de 2010

Destripamientos: Celda 211






Un chico que acaba de aprobar las oposiciones a funcionario de prisiones decide ir a conocer la penitenciaría a la que va a ir a trabar el día antes de incorporarse, con tan mala suerte que justo ese día se amotinan los presos y montan la de dios. El chico queda atrapado en medio de todo el rollo, así que decide hacerse pasar por un nuevo preso para salvar el pellejo.




El pobre desgraciado estaba casado y con la mujer embarazada de seis meses cuando el motín le pilla por medio. Mujer que, en su estado (lista ella, eh), decide plantarse en la puerta de la cárcel para ver qué pasa con su marido. Ya el espectador, al verla, piensa "pero dónde vas, tú, qué te van a aplastar la barriga", pero ella no. Y claro, hay lío, la chica muere y con ella, el feto.




El motín está capitaneado por Malamadre (Luis Tosar). Asesino malo malote pero tío de palabra, buen corazón, etc, no como el jefe del clan de los colombianos, sudamericanos o algo así, que al final termina jugándosela a Malamadre e hiriéndole, mientras que al funcionario-preso lo mata.
Toootal, funcionario-preso muere habiendo matado antes a Resines (gracias, Señor, por esa escena que hace que tantos años de Serrano se nos hagan un poco más leves), Malamadre vive.

viernes, 19 de febrero de 2010

De cosas que por fin

Imagínate que de repente alguien te enciende un botón y vuelves a los dieciocho años. Imagínate que, además, la otra persona alucina tanto contigo que quiere matar un pollo y beber su sangre en tu honor (y digo pollo porque a su madre la tiene demasiado lejos, que sino le tocaba a ella). Imagínate que tiene tanta cuerda que tienes que meterle mano para intentar distraer su atención y que se calle, con lo cual volvemos al primer imagínate.

Lástima que sea rubio...