Imagínate que de repente alguien te enciende un botón y vuelves a los dieciocho años. Imagínate que, además, la otra persona alucina tanto contigo que quiere matar un pollo y beber su sangre en tu honor (y digo pollo porque a su madre la tiene demasiado lejos, que sino le tocaba a ella). Imagínate que tiene tanta cuerda que tienes que meterle mano para intentar distraer su atención y que se calle, con lo cual volvemos al primer imagínate.
Lástima que sea rubio...
viernes, 19 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
No se puede tener todo...
Publicar un comentario