Verano de 1954. Los agentes judiciales Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) son destinados a una remota isla del puerto de Boston para investigar la desaparición de una peligrosa asesina (Emily Mortimer) recluida en el hospital psiquiátrico Ashecliffe, un centro penitenciario para criminales perturbados dirigido por el siniestro doctor John Cawley (Ben Kingsley). Pronto descubrirán que el centro guarda muchos secretos, y que la isla esconde algo más peligroso que los pacientes...
DiCaprio es, realmente, un paciente del hospital psiquiátrico llamado Laeddis, que asesinó a su mujer porque ésta había ahogado a sus hijos y desarrolla la personalidad de un policía para evadirse de la realidad. El que hace de su compañero es su psiquiatra. El director del psiquiátrico le deja continuar con la fantasía durante un par de días para ver si así se da cuenta de la realidad. Al final, éste es consciente de quién es y de lo que ha hecho... y decide que prefiere morir como un buen hombre (el policía) a vivir como un animal (el asesino).
Tras ver esta película, Nimiedades concluye: si ya empiezas la peli con alucinaciones cada diez minutos, mal asunto.
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